El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir al segundo juego de la serie entre Charros de Jalisco y Venados de Mazatlán y aunque no soy ferviente seguidor de ninguno de los dos equipos, debo decir: No hubo mejor partido para asistir en lo que va de la temporada de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP).
Mi travesía beisbolística del sábado 28 de octubre comenzó con mí llegada al Estadio Panamericano de Béisbol 15 minutos antes de comenzar el encuentro. Compré mi entrada en planta alta de lado de primera base. Por cierto, he de agregar que asistir al béisbol en Guadalajara me parece algo caro comparado con otras plazas, pero como diría la viejita del comercial, esa es otra historia.
Ese día la Perla Tapatía presentó una tarde calurosa y como era de esperarse, la sed de la mala brotó en mí ser (y por lo que pude observar, en el ser de muchas otras personas también) así que seguido de comprar su entrada mi ser se encarreró a comprar una cerveza. Y aunque usted no está para saberlo ni yo orgulloso de contarlo, mi ser consumió varias cervezas más ese día. Pero bueno, dejemos de hablar de mi ser y de tónicos revitalizantes y pasemos a lo que nos truje Chencha.
Durante el tercer inning un evento del juego llamó por demás mi atención: Una Carrera de Caballito. Estando Brock Stassi al bat, la cuenta llegó a 4-2 después de seis lanzamientos. Murillo anotó y por su parte, Carlos Rodríguez y Billy (no Charles Montgomery) Burns pasaron a la antesala y a la intermedia respectivamente. ¿Pero qué tiene de especial este suceso? Para usted, probablemente nada. Pero yo, que tengo problemas, tan pronto vi a Murillo cruzar el plato comencé a cavilar acerca de probabilidad y estadística y me pregunté: ¿Cuál es la probabilidad de que un juego de la LMP presente una Carrera de Caballito?
Resulta que de 1600 partidos que se han jugado en las últimas seis temporadas de la LMP, tan sólo 196 han registrado una o más Carreras de Caballito. Esto sugiere que la probabilidad de presenciar un partido de la LMP en el que ocurra un evento de este tipo es de apenas el 12%.
Seguido de la carrera de Murillo, el siempre arremetedor Manny Rodríguez tomó su turno en la caja de bateo y en una cuenta de 3-2, el oriundo de Guasave bateó un jonrón por el jardín izquierdo: Un Grand Slam que pondría los cartones cinco por cero apenas en el tercer episodio. ¿Así que cuál es la probabilidad de presenciar un Grand Slam en un juego de la LMP? Considerando los datos de la siguiente tabla se podría decir que del 5%.
Buscando en los partidos las últimas seis temporadas, me fue posible encontrar un solo partido en el que la combinación Grand Slam-Carrera de Caballito se hiciera testigo. Tal partido se dió el 12 de octubre del año pasado entre Tomateros de Culiacán y Charros de Jalisco. ¿Conoce otros partidos antes de la temporada 11-12 que presenten tal combinación de eventos? Si es así, hágamelo saber.
Para terminar debo decir que sin duda estos eventos hicieron que mi ida al partido valiera la pena. Eso y que un señor me invitara una cerveza doble después de cambiar de butaca con su hijo la pirotecnia que se vió al concluir el partido.