Un numero por si solo únicamente sirve para responder a cuantos. Un número absoluto como 5714 o 715 (el récord de jonrones que alguna vez se consideró imbatible) carece de significado a menos de que se coloque en algún contexto que le dé vida.
Las estadísticas son en sí mismas la parte vital del juego. Son los únicos restos tangibles e imperecederos de los partidos que se jugaron ayer o hace cien años. Son, sin duda un medio para encapsular y comprender la experiencia.
El béisbol puede resultar sumamente atractivo aún y cuando se dejan de lado las estadísticas. Sin embargo el juego no puede ser entendido sin ellas. Las estadísticas son las que hacen que el béisbol sea un deporte más que un espectáculo, son las que permiten que su pasado sea digno de nuestro interés, así como su presente. Las estadísticas aumentan nuestra comprensión del juego y por ende nos permiten disfrutarlo mejor.
Muchas personas que consideran que la vida real es demasiado para ellos, o al menos una fuente de confusión y ansiedad obtienen una inmensa satisfacción del orden, la regularidad, la justicia y la estabilidad que brinda el béisbol. Esto explica en gran medida porque el juego resulta tan atractivo para los adultos. Por otro lado, lo que resulta tan atractivo del béisbol para los estadísticos es el universo matemático en el que el juego se lleva a cabo y que por todos medios desean comprender y explicar.
Incluso aquellos que maldicen a las estadísticas (entre los que podemos nombrar varios gerentes y jugadores) ignoran que incluso ellos mismos son estadísticos. De hecho, todos nosotros, seres humanos, somos estadísticos intuitivos ya que, entre muchas otras cosas, tomamos decisiones( o en su defecto, generalizamos ) basados en experiencias específicas y similares; nosotros que trabajamos con los números, obtenemos resultados más precisos.
Las estrategias de la era de la pelota muerta se siguen empleando sesenta años después de que perdieron toda utilidad.
Las estadísticas tradicionales, como el promedio de bateo, se diseñaron para identificar logros individuales independientes de los efectos que tienen en su equipo. Tales estadísticas no dicen nada acerca de los aportes que realiza un hombre para su equipo.